Resulta popular la opinión de que una carrera universitaria tiene poca preparación para lo que será el puesto de trabajo que ocupará ese estudiante. Donde realmente se aprende es in situ. Necesitamos de una situación que requiera poner en marcha ciertas cualidades para salir del paso. Aprendemos mejor cuando existen aplicaciones prácticas. Pero aun con todo, es necesario estar cuatro años -o los que se requieran- para poder finalizar unos estudios en formación reglada y ocupar un puesto cualificado.
Pero... ¿existen más métodos de aprender de un modo más dirigido al entorno laboral?
Como decíamos en la entrada sobre cómo funciona la formación bonificada, todo trabajador que cotiza en una empresa aporta al fondo dirigido a la formación para el empleo de la misma. Por ello, los trabajadores pueden verse beneficiados de un proceso formativo más parecido a la formación reglada con las ventajas de estar mucho más dirigido a la mejora de su actividad laboral.
La importancia de la formación para el empleo
Cada vez más, en el mundo laboral se comienzan a tener en cuenta las cualidades de los trabajadores además de lo que cuenten sus currículums sobre su formación. La experiencia comienza a tener validez y el desarrollo de capacidades que no se incluyen en la formación reglada cada vez está más presente para poder desarrollar las diferentes actividades de una empresa.
¿Qué eres capaz de hacer?
La formación para el empleo se centra en el desarrollo de las capacidades de un trabajador para su actividad en un puesto determinado o para una actividad concreta. Por ello, mucha de esta formación aporta un valor curricular al abanico de habilidades del trabajador.
A diferencia de la formación reglada, este tipo de educación sitúa al trabajador con los recursos necesarios para el desarrollo de su actividad en tiempo real. Así, el aprendizaje se asienta de una manera más segura al colocar los conocimientos de un modo práctico en un entorno conocido por el trabajador.
Son las capacidades y habilidades personales las que consiguen que un empleado pueda desarrollar con mayor efectividad su actividad y promocionar en esta, por lo que la formación para el empleo sitúa en una dirección concreta los conocimientos necesarios y su aplicación al puesto.
La gran oferta de cursos de formación para el empleo permite elegir una actividad o un sector muy específico para la formación. Adaptable en tiempo y modalidad de formación (teleformación, plataformas online...), la formación para el empleo es mucho más adaptable que la formación reglada a la hora de dejar que el alumno adquiera los conocimientos en su entorno, adaptándolo a sus horarios de vida y trabajo y manejando la información como más pertinente crea.
Además, la gestión integral de formación a empresas, puede ayudar a determinar las necesidades y oportunidades de un equipo a la hora de decidir cuál va a ser la manera de realizar los planes formativos. La personalización de la formación ha sido lo que más impacto ha podido causar en la eficiencia empresarial, ya que las empresas son como las personas que las ocupan... todas son diferentes.
Resumiendo las ventajas...
La formación para el empleo permite:
Mayor adaptabilidad para el trabajador a la hora del estudio
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Resulta popular la opinión de que una carrera universitaria tiene poca preparación para lo que será el puesto de trabajo que ocupará ese estudiante. Donde realmente se aprende es in situ. Necesitamos de una situación que requiera poner en marcha ciertas cualidades para salir del paso. Aprendemos mejor cuando existen aplicaciones prácticas. Pero aun con todo, es necesario estar cuatro años -o los que se requieran- para poder finalizar unos estudios en formación reglada y ocupar un puesto cualificado.
Pero... ¿existen más métodos de aprender de un modo más dirigido al entorno laboral?
Como decíamos en la entrada sobre cómo funciona la formación bonificada, todo trabajador que cotiza en una empresa aporta al fondo dirigido a la formación para el empleo de la misma. Por ello, los trabajadores pueden verse beneficiados de un proceso formativo más parecido a la formación reglada con las ventajas de estar mucho más dirigido a la mejora de su actividad laboral.
¿Qué eres capaz de hacer?
¿Qué eres capaz de hacer?
específico para la formación. Adaptable en tiempo y modalidad de formación (teleformación, plataformas online...), la formación para el empleo es mucho más adaptable que la formación reglada a la hora de dejar que el alumno adquiera los conocimientos en su entorno, adaptándolo a sus horarios de vida y trabajo y manejando la información como más pertinente crea.
Además, la gestión integral de formación a empresas, puede ayudar a determinar las necesidades y oportunidades de un equipo a la hora de decidir cuál va a ser la manera de realizar los planes formativos. La personalización de la formación ha sido lo que más impacto ha podido causar en la eficiencia empresarial, ya que las empresas son como las personas que las ocupan... todas son diferentes.
